sábado, 20 de agosto de 2016

Hay un cierto placer en la montaña, que solo el montañero conoce




Hay tantas y tan diferentes tipos de aficiones como personas hay en el mundo. Para todos los gustos. De todos los colores. Unos prefieren ver el fútbol con amigos en el sofá de casa, y otros, una tarde de running. Aficiones para los más tranquilos y los más inquietos. Hay quienes desconectan leyendo un libro, cocinando, o viendo una película… Y también, quienes descubren su verdadera afición en la montaña, y encuentran en ella un lugar de disfrute y desconexión al mismo tiempo. Este es el caso de Alfonso Salvador Muñoz, más conocido como Alsamuz entre montañeros.


Alfonso siempre ha estado relacionado con el mundo del deporte. Antes practicaba natación y ciclismo; y actualmente también disfruta yendo a correr, aunque su hobbie por excelencia es la montaña. “Mi padre me llevaba de pequeño, y me gustaba”, explica él mismo. Algo parecido ocurre ahora con su hija, Irene, que con tan sólo seis añitos ya le llama la atención la escalada. “A mi hija le gusta la escalada, pero yo preferiría que no la practicase, más que nada por el riesgo que supone”.
Este apasionado de los montes  dedica sus fines de semana a realizar rutas de montaña, rutas que en ocasiones elabora él mismo. Sin embargo, no duda en afirmar que sus favoritas son las que ha realizado por Sierra Nevada, la Sierra del Segura y la Sierra de Castril. En cuanto a las capacidades físicas que se necesitan para practicar deporte en las alturas, confiesa que “hay que estar un poco en forma, pero tampoco hace falta ser una máquina”, y que también depende de si se va practicar senderismo, o alpinismo y escalada, ya que en esto último se necesita más fondo.

Ha unido dos aficiones: montaña y fotografía. “Si no voy a la montaña, no hago fotografías. De hecho, si voy es precisamente para hacer fotografías de paisajes”. Esto le resta algo más de tiempo, y es que, cuando llega a casa se dedica a ver, a editar y a retocar las fotos. No obstante, esta dedicación merece la pena, ya que consigue unas fotografías dignas de las mejores postales habidas y por haber.


Recientemente, el montañero Alsamuz ha cumplido un sueño que solo está al alcance de los más aventureros. El pasado mes de julio, realizó la ascensión del Mont Blanc, la montaña más elevada de Los Alpes (4810m), el punto más elevado de la Unión Europea y uno de los más altos del resto de Europa. “La verdad es que es un logro, y más después de estar varios años pensando en hacerlo”, reconoce él mismo. Sin embargo, no considera que haya sido lo más complicado que ha hecho hasta ahora, pero sí de lo más duro. “Es duro porque tienes distancia, necesitas tiempo para prepararlo, y luego, que lo haces en altura, y la altura siempre influye. Pero he hecho recorridos en sitios más cercanos que han sido más difíciles.” También comenta la importancia del tiempo atmosférico en esta montaña, ya que si éste no es favorable, el ascenso se vuelve mucho más complejo, y por suerte, el tiempo se portó bien cuando estaba realizando la subida.


Este sueño lo cumplió junto con Juan Botía, Salva Ruiz y Antonio Cano.



Y como todo deportista, una vez conseguida esta meta, ya tiene pensado el próximo reto. "Me gustaría hacer la Barre Des Ècrins, que es otra montaña de los Alpes. También el Aneto, el Pirineo...". Y no cabe duda, viendo su ilusión y su entrega, que este montañero llamado Alsamuz tiene aún muchas fotografías de paisajes pendientes.





*Podéis ver las fotografías de sus expediciones en su página de Facebook: https://www.facebook.com/Alsamuz-1438212676425160/?fref=t

*Y para más información: http://es.wikiloc.com/wikiloc/user.do?id=19035





miércoles, 13 de julio de 2016

José Rafael Rocamora y su ilusión por mejorar Cehegín

Uno de los pueblos más bonitos de la Región, cuenta con un alcalde que está a la altura

Hay personas que, sin querer, causan buena impresión, y dejan ver que la humildad es un valor que jamás pasará de moda. Que en cada palabra que pronuncian, tienen la capacidad de deleitar a los demás con su educación. Que luchan por conseguir sus objetivos. Que se muestran honestas, sinceras, transparentes. Qué gusto encontrarse con personas así, y más aún si se trata de política. José Rafael Rocamora, alcalde de Cehegín, es de ese tipo de personas, y yo he tenido el placer de plantearle una serie de cuestiones que despertaban en mí cierta curiosidad. Iba preparada para encontrarme con un político como esos que aparecen día tras día en televisión, serios, aburridos, estirados, distantes… Y me encontré ante un hombre de 31 años cercano, amable, agradable y risueño. Qué grata sorpresa. Qué bueno es comprobar que la persona encargada de representar a miles de personas, está perfectamente capacitada para hacerlo. 

José Rafael, natural de Cehegín, es licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Murcia, donde también adquirió el Certificado de Aptitud Pedagógica. Se presentó a oposiciones para secundaria, y trabajó como profesor de economía en bachillerato. De esta manera, podía compaginar su formación académica con una de sus vocaciones: la educación. No obstante, desde hace unos años, tiene abandonada la docencia, y es que no tiene tiempo para más. En las pasadas elecciones municipales, el Partido Socialista resultó vencedor en Cehegín con él como alcalde. También tiene el título de corredor de seguros, y compatibiliza las funciones de la alcaldía con su puesto como gerente en la empresa familiar “Seguros Rocamora”, dedicada a la correduría de seguros. En cuanto a su vida personal, está casado, y recientemente se ha estrenado como papá primerizo de una preciosa niña de ojos azules.

Me interesaba averiguar cómo nació la relación entre José Rafael y la política, y si era ésta su verdadera vocación. Resulta que desde los 15 años, edad a la que fue elegido Secretario General de las Juventudes Socialistas del municipio, siempre ha tenido cargos de representación política dentro del Partido Socialista de Cehegín: “Me recuerdo prácticamente toda la vida vinculado a la política. Siempre ha sido algo que ha formado parte de las conversaciones en casa. Mi padre, al principio de la democracia también fue concejal del ayuntamiento. La política siempre ha formado parte de los debates en casa a la hora de comer, a la hora de cenar…” La política local, concretamente, es lo que siempre ha llamado su atención por el hecho de mantener un contacto directo con el ciudadano, “me gusta conocer a la gente que se acerca a comentarme un problema, saber quiénes son, quién es su familia…” Tanto es así, que, en principio, no contempla desempeñar “ninguna trayectoria política a nivel regional, y muchísimo menos a nivel nacional”, y con firmeza y determinación añade: “Yo pienso que la política debe ser algo circunstancial en la vida de una persona, algo muy coyuntural para desempeñarlo bien, para desempeñarlo realmente con ilusión. Después de mi paso por la alcaldía concibo mi vida de nuevo dedicado al cien por cien a mi negocio, a mi familia y a mis hobbies, que los tengo completamente abandonados desde que fui elegido alcalde de Cehegín”.

Una vez dentro del amplio mundo de la política, me pregunto cómo surge la idea de querer ser alcalde, y qué hace que alguien quiera estar al frente de la administración política de su pueblo pese a todas las responsabilidades, obligaciones y críticas que ello conlleva. En el caso de José Rafael, el hecho de verse candidato a la alcaldía fue “casi como un proceso natural, una secuencia lógica de los acontecimientos”. Aun así, afirma que en el momento de tomar la decisión definitiva, “influyen muchísimas cosas”, y que lo primero que se necesita es, como para todo lo que se quiere que salga bien, tener ganas. Asimismo, considera que es necesario verse a uno mismo y a la gente que forma el equipo, lo suficientemente capacitados para intentar cambiar la realidad y mejorar el municipio. “Lo primero es tener ganas; lo segundo tener ideas; lo tercero tener apoyo de tu partido; y lo cuarto es ser capaz de convencer a tu familia, esa asignatura todavía la tengo pendiente”. Explica que su familia querría que él viviese más tranquilo, con menos problemas de los que supone la alcaldía, y con más tiempo para pasar con ellos. Sin embargo, la vocación, la ilusión por cambiar Cehegín y el empuje de los compañeros, están incluso, a veces, por encima de lo que dice la familia, no porque lo que digan no sea importante, “pero uno piensa que la familia al final siempre va a comprender lo que haces, y que hagas lo que hagas siempre va a estar ahí”. 


Además de ganas, ideas, e ilusión, para ser alcalde y llevar un negocio adelante de forma simultánea, también hace falta una buena organización. “La clave está en trabajar mucho”, asegura. José Rafael no dispone apenas de tiempo libre, y los sábados y domingos, trabaja “prácticamente al mismo ritmo que el resto de la semana”. También habla de la importancia de contar con buenos equipos a nivel de empresa y a nivel de ayuntamiento, así como de la delegación de funciones.

Desde que ganó las elecciones, la vida de José Rafael ha cambiado mucho, no sólo por aspectos relacionados con la política, sino también  por factores personales, como es el hecho de haber sido padre. Así, lleno de orgullo, ternura, y un sinfín de sentimientos propios de un padre encaprichado con su hija, lo manifiesta él mismo: “He sido padre hace seis meses. Eso también supone un cambio grandísimo en la vida de una persona”. Por otra parte, convertirse en alcalde es también pasar a ser un personaje público; personaje que despierta el interés y la curiosidad de la población, que se fija en todo lo que hace, y en la gente que pertenece a su entorno más cercano, y es justo esto último lo que menos le agrada. “Desde el mismo momento en que eres alcalde, especialmente en un pueblo, pierdes muchísima intimidad. Eres un personaje público, la gente se fija absolutamente en todo lo que haces: dónde vas, dónde compras, dónde cenas con tu mujer, qué tipo de coche llevas, qué tipo de ropa llevas… Y bueno, no me importa esa exposición pública porque en realidad, yo no tengo nada que ocultar. Que sufra esa exposición pública yo, entra dentro de lo normal, pero a veces, esa exposición la sufre también gente que está en mi entorno y que no ha decidido dedicarse a la política como sí lo he hecho yo. Desde ese punto de vista, lo llevo peor. Es decir, que no es tanto por mí como por esa gente que me rodea y que me quiere”. 


Como todo en la vida, desempeñar este cargo tiene sus más y sus menos. Dentro de lo positivo que la alcaldía trae consigo, José Rafael sitúa el “conocimiento polifacético” que está adquiriendo, el aprendizaje sobre temas que anteriormente desconocía, y la posibilidad de conocer a mucha gente, que, a su vez, le está permitiendo desarrollar habilidades a la hora de tratar con personas, y de saber cómo hacerlo para intentar siempre llevarse lo mejor posible con cada una de ellas. Dentro de lo negativo, sitúa una inevitable consecuencia del contacto directo con la gente, que en muchas ocasiones, va a trasladarle sus problemas personales, y realidades muy crudas causadas por la situación de crisis económica que se está atravesando. “Es difícil que no te lleves los problemas a tu casa, y es difícil que esos problemas no te ronden la cabeza cuando te acuestas por la noche”, declara con pesar.

Lo que no le resulta difícil al alcalde de Cehegín, es saber llevar las críticas. Aunque confiesa que nunca gustan, las considera necesarias. Distingue dos tipos de críticas: “las críticas de aquellos que hagas lo que hagas te van a criticar, porque siempre lo van a ver todo mal, porque tienen otro tipo de intereses, porque les gustaría que gobernase su partido...” y “las críticas de la gente que quiere lo mejor para el equipo, para el proyecto y para Cehegín”. Las primeras no le preocupan en absoluto y las ve normales dentro del juego político, siempre y cuando no traspasen la línea de lo personal. Las que pertenecen al segundo tipo son las que ve realmente indispensables y son las que sí le preocupan. “Cuando uno está en un puesto como el mío, surgen muchos amigos, amigos que no sabes que tenías, y una cantidad de relaciones y de gente que se acerca con algún tipo de interés… Entonces, creo que de vez en cuando, uno tiene que darse un baño de críticas, por decirlo de alguna manera, y llamar a aquella gente que sabes que te va a decir la verdad, que te aprecia, que te quiere y que va a ver las cosas de una manera neutral. Salir de ese cúmulo de alabanzas que te hace la gente que está a tu alrededor y tomar nota de lo que esa otra gente te dice. Esas críticas las veo necesarias.”

Para finalizar, quería saber de qué manera desconecta José Rafael de la política, y si tiene alguna afición. Cuenta entre risas que tiene muchos hobbies, pero que los tiene abandonados. Entre ellos, está el fútbol sala, que califica como “una medicina”, pero desafortunadamente, la falta de tiempo ha hecho que tenga que sacrificar el deporte. “Quiero retomarlo porque me viene muy bien no solamente desde el punto de vista físico, sino también como una terapia desde el punto de vista psicológico”. Otra de sus aficiones es la lectura, aunque últimamente solo tiene tiempo para leer por obligación. “A modo anecdótico, te comentaré que hay un libro que me leí hace muchísimo tiempo que me gustó mucho, quizás también por el momento y los sentimientos que tenía cuando lo leía, era ‘La Sombra del Viento’, de Carlos Ruiz Zafón. Hace un par de meses quise leerlo de nuevo para refrescar aquellos sentimientos que en su momento me causó, y lo tengo a medias porque cuando por las noches consigo sacar un ratillo para ponerme a leer, enseguida me quedo durmiendo”. Otra cosa que le gusta es “comer bien, y sobre todo, en buena compañía”, porque le encantan las sobremesas. “La tertulia posterior con unos buenos amigos. Eso me produce muchísimo placer”.

Ha sido un auténtico placer tener la oportunidad de entrevistar a José Rafael Rocamora. Su cercanía y su simpatía han hecho que me quede con un muy buen sabor de boca respecto a la política local actual de mi pueblo, de Cehegín.
En resumidas cuentas, hay personas que están justo donde deben estar, en el momento y en el lugar adecuados. Hay personas a las que les enorgullece realizar su trabajo, y que intentan hacerlo siempre de la mejor manera posible. Hay personas con ganas, con ideas y con iniciativa. José Rafael es de esas personas, de ese tipo de políticos que representan a los ciudadanos de una forma digna. Ojalá más políticos reunieran esas características. Ojalá más políticos fueran de ese tipo de personas. 
Luego, hay personas que no entienden de intereses políticos, pero sí entienden de la necesidad de una sociedad buena y justa. Que quieren que quien las represente, lo haga pensando en el bien comunitario. Dentro de ese tipo, me encuentro yo, y quiero pensar, que la mayoría de la población también. Y humildemente creo, que José Rafael está haciendo todo lo posible por defender nuestros intereses de la forma más adecuada.

martes, 12 de julio de 2016

Para empezar...


Según los diccionarios, tener ganas es tener el deseo o la voluntad de hacer una cosa o de que suceda una cosa. Pues yo tengo ganas. Tengo ganas de disfrutar con lo que hago, y de que quien quiera, pueda también disfrutarlo desde fuera. ¿Qué más puedo pedir?


Ese es el propósito de este blog.